Read Infinity

Continuando con el post que vimos hace unas semanas en las que os hablaba del narrador omnisciente y del equisciente, hoy vamos a ver las características principales del narrador en primera persona y de sus ventajas y desventajas a la hora de emplearlo en nuestras novelas.

El narrador en primera persona

En el narrador en primera persona es el propio personaje quien cuenta la historia y configura el eje central de la trama. En este caso, su acceso a la información de otros personajes y hechos es restringido y totalmente subjetivo, condicionado por sus creencias y pensamientos.

Para utilizar un narrador en primera persona y que sea creíble, es imprescindible conocer mucho al personaje y a su voz interior. Debemos recordar que el narrador hablará igual que lo haría el personaje, ya que los dos son uno, y por tanto si nuestro personaje es un villano malhablado, la narración deberá ser acorde a él. De esta forma, conseguiremos que la narración sea lógica y coherente al carácter del personaje, le aportaremos credibilidad y configuraremos una comunicación directa entre él y nuestros lectores.

No obstante, solemos tender a asociar la narración en primera persona al protagonista de la novela, cuando no tiene por qué ser así. Podemos emplearlo desde la perspectiva de un personaje secundario que narre la historia del protagonista. Un ejemplo muy conocido serían las novelas de Sherlock Holmes, en las que las historias se narran desde el punto de vista del Dr. Watson.

El narrador en primera persona suele ser muy buena opción para escribir novela negra, epistolar, bibliográfica... Aunque realmente lo podéis emplear en cualquier género que os guste :)

Ejemplos de libros escritos en primera persona.

¡Y hasta aquí el post de hoy! ¿Qué narrador es el que soléis emplear vosotros? ¿Con cuál os sentís más cómodos? Espero que os haya servido y que hayáis aprendido algo nuevo sobre el narrador en primera persona. Recordad no confundirlo con el narrador equisciente. ¡No te vayas sin suscribirte y compartir el post para que pueda ayudar a más escritores como tú!

¡Hola DE NUEVO! No sé ni cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que escribí aquí y es que, como os conté en Mi proyecto creativo, este mes ha sido una auténtica prueba de supervivencia. ¡Pero ya está! ¡YA PASÓ! Ahora vuelvo con muchas ganas de hablar con vosotros y compartir tips e información que os pueda resultar de ayuda para vuestras novelas.

Hoy me gustaría hablaros de los diferentes tipos de narrador. El tipo de narrador que escojamos será clave para muchos aspectos de nuestra novela, por lo que es imprescindible que conozcamos en profundidad las diferencias entre unos y otros. Hoy os voy a hablar de los dos más conocidos: el narrador omnisciente y el narrador equisciente. 

Narrador omnisciente

El narrador omnisciente es aquel que conoce toda la trama de la historia y además lo que sienten y piensan todos los personajes. Dicho de forma sencilla, el narrador omnisciente es un ente que conoce todos los secretos y detalles de la novela y los personajes, sin tapujos ni secretos. Es un personaje que no participa en la historia, simplemente se encarga de dar la información al lector.

Entre las ventajas del narrador omnisciente está que nos permite dar saltos en el tiempo y en el espacio sin mucha dificultad. Además, al erguirse como una voz autoritaria que todo lo sabe y todo lo ve, aporta credibilidad a la novela y sería bastante recomendable emplearlo en novelas de fantasía o de ciencia ficción.

Algunos libros con este tipo de narrador lcon El príncipe de la niebla de Carlos Ruíz Zafón (por cierto, chulísimo. Si no lo habéis leído os lo recomiendo), Juegos de la edad tardía de Luis Landero, El señor de los anillos de J.R.R. Tolkien, Harry Potter y la piedra filosofal de J.K. Rowling...

Narrador equisciente o narrador observador

El narrador equisciente o también llamado narrador observador, es aquel que solo conoce a un personaje. Este tipo de narrador cuenta lo que ve como si siguiese al personaje con una cámara y sugiere el resto. En un primer momento es fácil confundirlo con un narrador omnisciente, pero nada más lejos de la realidad. Este narrador conocerá solo a un personaje (pensamientos, motivaciones...) y la información de los demás estará restringida para él.

Cuando trabajamos con un narrador observador podemos crear una percepción limitada simple (es decir, seguimos con esta "cámara" de principio a fin a un solo personaje) o una percepción limitada global (la "cámara" puede seguir a un personaje u otro en función del capítulo), por lo que el narrador equisciente permite el multiperspectivismo. Puede ser un narrador interesante para novelas de misterio o policíacas, aunque ya os digo que es solo una sugerencia.

Un ejemplo muy conocido de la percepción limitada global  (y también recomendadísimo) es la mítica saga de Canción de hielo y fuego de G.G. Martin en la que cada capítulo se cuenta desde un personaje distinto, aunque existen muchos más como la trilogía de Legend de Marie Lu, True Calling de Siobhan Davis (está en inglés pero OS JURO que es uno de los mejores libros que me he leído en MUCHO tiempo... Si os gusta la novela juvenil DEBÉIS leerlo, además es GRATUITO en formado Kindle), Desconexión de Neal Shusterman y si no me equivoco, Endgame de James Frey.


Y como ejemplos de percepción limitada simple (si no me falla la memoria) Crepúsculo de Stephenie Meyer, Oscuros de Lauren Kate y Hush Hush de Becca Fitzpatrick.


¡Y hasta aquí el post de hoy, que no quiero que se os haga eterno! Prometo traer una segunda parte hablándoos del narrador en primera persona, en segunda y el testigo. No obstante, me gustaría proponeros un ejercicio para practicar el narrador omnisciente y equisciente. Es tan sencillo como coger un papel y un boli y escribir un par de párrafos con cada uno de ellos. De esta manera, podéis ir experimentando con los dos tipos e ir definiendo más vuestro estilo.

¿Cuál es vuestro tipo de narrador más recurrido? ¿Cambiáis de narrador en vuestras novelas u os sentís muy cómodo solo con uno? ¡Ya sabéis que si tenéis alguna duda me tenéis en los comentarios! Ah, y por favor, si os ha servido no os vayáis sin compartir la entrada y sin suscribiros porque es muy significativo para mí y os estaré SÚPER agradecida.

¡Hola de nuevo 😍! ¿Cómo estáis? ¡Espero que estas semanas hayan ido genial 👏! Hoy quería compartir con vosotros cuatro técnicas básicas de escritura para cualquier escritor. Estas técnicas se pueden aplicar a cualquier parte del proceso de escritura. ¡Espero que os sean muy útiles! ;)


Lo primero y lo más importante es cuidar el lenguaje que vas a utilizar. Procura utilizar palabras sencillas y evitar las redundancias. Haz que parezca que apenas te ha llevado tiempo escribirlo, porque ahí reside el verdadero arte de la escritura (y el arte en general, ¿o no? Cuántas veces habremos visto a una bailarina y habremos pensado "si es que parece tan fácil... ¡Eso lo podría hacer yo!" y luego na de na 😂). ¡Ojo! Con esto no digo que no vigilemos el lenguaje, todo lo contrario, digo que en la sencillez está la clave 😉. Ah, y por supuesto no olvides adecuar el lenguaje al contexto de tu historia. 


Antes de ponerte a escribir tu manuscrito, dedica un tiempo para probar diferentes voces. Haz ejercicios para trabajar los diferentes tipos de narrador (en mi siguiente posts os hablaré de ellos) e incluso experimenta con los distintos personajes. Es posible que te hayas decantado por un personaje para narrar la historia y de pronto te des cuenta que te sientes más cómodo con la voz de otro.


Cuando acabes de escribir el capítulo (o un número determinado de palabras o páginas), párate para leerlo en voz alta. De esta manera, te darás cuenta si repites mucho algunas palabras o si las frases suenan complicadas. Empieza a incorporar este hábito (si aún no lo has hecho) y descubrirás lo útil que es.


Por último, cuando acabes tu historia, dásela a alguna persona de confianza a la que le guste el género para que te dé su opinión. Si no conoces a nadie a tu alrededor que te pueda ayudar, en Internet puedes encontrar a muchos lectores beta que te echarán una mano sin problema. De esta forma, podrás ir tanteando qué le parece a la gente e ir haciendo correcciones en base a sus comentarios. Tal vez ellos vean alguna incoherencia de la que no te habías percatado.


¡Y hasta aquí el post de hoy! Espero que os haya gustado y sobre todo, que os haya servido 💪. ¿Usáis alguna de estas técnicas? ¿Cuáles más recomendaríais a otros escritores como vosotros 👀? ¡Nos vemos este miércoles con el penúltimo cuento de los relatos de verano y el domingo con un nuevo post! No os vayáis sin compartir la entrada con vuestros amigos 😍.

¡AHHHH! ¿Os gustaría que intentase organizar un sorteo de Harry Potter ✨? ¡Decidme!

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¡Feliz domingo! ¡Espero que estéis genial Hoy os quería hablar de tres tips para organizarnos y sacar tiempo para escribir todos los días ;D, ¡espero que os sean súper útiles! ¡Empezamos!


Lo primero que debes hacer, es apuntar todo lo que hagas durante el día. Es muy importante que seas realista; apunta TODO, incluso ese tiempo que pierdes mirando el móvil o pensando en las musarañas. Es posible que te sorprendas del tiempo que se te va en mirar las redes sociales o en arreglarte por las mañanas, pero anótalo igualmente. También es importante que apuntes los momentos en los que sabes que no vas a a ser productivo. Por ejemplo, después de cenar yo no soy persona, así que... Descartado :P.



Una vez tengas un planning bien detallado de tu rutina, será fácil que localices huecos en los que puedes escribir todos los días. No importa si son solo diez minutos o media hora: si eres constante, acabarás tu historia en un abrir y cerrar de ojos. Es cuestión de que te comprometas y te pongas unos objetivos. Para que te resulte más sencillo, prueba a dejarlos por escrito en un contrato. 

Procura que tus objetivos sean asequibles para que no te sientas frustrado ni te desmotives. Si te cuesta escribir o tiendes a bloquearte con frecuencia, prueba con una meta muy sencilla de conseguir. Por ejemplo, puedes probar con un mínimo de 600 palabras al día hasta que te acostumbres o apuntarte a iniciativas como la escuela de verano para escritores ;).



Si realmente quieres acabar tu novela, tendrás que darle prioridad en tu día a día; por tanto, es muy posible que te veas obligado a sacrificar ciertas cosas. Quizás no puedas salir tanto como te gustaría o quedar tanto con tus amigos, pero piensa valdrá la pena cuando tengas entre tus manos tu manuscrito. Además, los que te quieren, te entenderán y te apoyarán ;)

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¡BOOOOOM! Sin avisar, sin anestesia, sin nada. Bueno, mentira... Algo dejé caer por mi Twitter :P. ¡MUERO DE ILUSIÓN! Hoy no puedo estar más contenta, porque os traigo una iniciativa que me tiene enamorada: una escuela de verano para escritores. Sí, sí, como oís. Un proyecto en el que vais a entrenar la creatividad desde el momento cero y a adquirir hábitos de escritura diaria. A parte de compartir vuestros textos, conocernos todos, recibir unas lecciones y descargables chulísimos para que NINGUNA historia se os resista este verano y daros a conocer al público. ¡Venga, seguid leyendo que os cuento todo con pelos y señales!


La escuela estará abierta desde el día 4 al 17 de Julio. Serán catorce días en los que adquiriremos hábitos de escritura diaria. Para ello, pondremos en marcha SIETE retos de escritura creativa súper guays, originales y divertidos, enfocados a diferentes temáticas: personajes, diálogos, fantasía, ciencia ficción, terror y como último, inicio de historias. Además, jugaremos con seis mini-retos y compartiré cuatro lecciones con vosotros en las que aprenderéis a crear y organizar vuestra novela. Vamos, ¡¡que no os lo podéis perder!!

Todo lo organizaremos por un grupo secreto de Facebook (shhh... No lo vayáis diciendo por ahí :P), en el cual podréis subir vuestros retos y conoceros. Ahí os colgaré las lecciones y los freebies en el apartado de Archivos. Si no tenéis cuenta de Facebook, solo decídmelo y buscamos una solución ;)

DÍA 1 RETO 1: PERSONAJES	DÍA 2 MINI-reto + lección 1	DÍA 3 RETO 2:  DIÁLOGOS
DÍA 4 MINI-RETO + freebie	DÍA 5 RETO 3:  FANTASÍA	DÍA 6 MINI-RETO + lección 2
DÍA 7 RETO 4:  terror	DÍA 8 mini-reto + lección 3	DÍA 9 RETO 5: personajes
DÍA 10 MINI-RETO + freebie	DÍA 11 RETO 6: ciencia ficción	DÍA 12 MINI-RETO + lección 4
DÍA 13 RETO 7: INICIOS	DÍA 14 ¡sorpresa! + freebie especial

Todos los retos recibirán feedback por mi parte (¡y por la vuestra, si os animáis a leer los de vuestros compis! ;D), ya que os los revisaré y os comentaré un poquito sobre ellos de manera individualizada para que podáis sacarles el máximo jugo y aprender todo lo posible de esta experiencia. Y lo mejor de TODO...


¡Sí! Los retos más chulos, más originales y más frescos los publicaré en posts especiales, en los que los autores podréis daros a conocer, hablar sobre vosotros, sobre las novelas o proyectos que estáis escribiendo... ¡vamos, lo que queráis soltar por esa boquita! ;P




El precio por participación es de 10€ (sí, exacto, lo que te gastas en una tarde yendo al cine con palomitas y refresco...). La forma de pago es a través de PayPal, pero si alguno necesita otra forma de pago porque no tiene cuenta de PayPal, porque no sabe usarla, o porque le da la santa gana (oye, ¿por qué no?), que me lo comente ([email protected]) y yo le doy otra ;)

Actualización 03/07/2016: Ya se han cerrado las plazas

Para apuntaros, solo tenéis que formalizar el pago justo a continuación. Una vez hecho, tenéis que escribirme ([email protected]) y decirme quiénes sois y desde qué cuenta habéis hecho el pago, así de fácil. ¡Obviamente, yo os contestaré (muerta de la felicidad, cómo no) y os confirmaré vuestra inscripción!


¡Y esto ha sido todo por hoy! Cualquier duda que os haya podido surgir, me tenéis en los comentarios y en mi correo ([email protected]). Espero que os guste mucho la idea y que os animéis a participar, porque me hace muchísima ilusión poder dedicar un poquito más de mi tiempo a cada uno de vosotros. ¡Gracias por estar siempre ahí!

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El inicio de una historia siempre es un punto crucial dentro de la novela, ya que esas primeras páginas serán las que determinen si el lector (o editor) continúa leyendo. Así que, pensando y pensando, he decidido tratar el tema de cómo NO empezar una novela. Si te encuentras escribiendo tu libro, iniciándolo o acabándolo, no te puedes perder este post para comprobar si tu principio es un principio como Dios manda ;)



Reconozcámoslo: a nadie le importa si tu protagonista ese día se lava los dientes o se los deja de lavar, si escoge una camiseta blanca o negra, o si desayuna tostadas o fruta. Estos datos son datos superfluos que no aportan nada a la historia y mucho menos al inicio de tu novela. Aburrirán al lector, por lo que es muy probable que deje de leer en las primeras páginas. Digamos que es jugar con su paciencia, estirar la cuerda sin saber muy bien qué resultado ocasionará; puede que tengas suerte y siga leyendo hasta que empiece la acción o puede que desista por el camino. Por tanto, deshazte de todas estas pequeñas acciones del día a día si no son determinantes para el argumento. Podrás incorporarlas más adelante, pero NUNCA en el principio de la novela. 


Está bien que situemos al lector en nuestras primeras páginas, que le demos información sobre el contexto y sobre el protagonista, pero ojo: siempre con cuentagotas. Creo que no me equivoco al afirmar que cada vez que empezamos un libro pasamos por una etapa de desorientación hasta que logramos entender qué está pasando, dónde está pasando y quiénes son esos personajes. Es un proceso de ir asimilando información paulatinamente, nunca de golpe. Por tanto, sintetiza la información en esas primeras hojas, quédate con la esencia de tu novela y no atosigues al lector. Si además estás desarrollando un mundo que cuenta con un lenguaje propio, intenta no introducirlo en el primer capítulo, ya que lo único que conseguirás es que el lector esté pendiente de qué significan esas palabras y no de la acción en sí.




Por último, evita el backstory. El backstory es un término que se emplea para referirse al pasado del protagonista o de la situación actual; es decir, hace referencia a qué ha sucedido antes del inicio de la novela. Esta parte que "no se ve" será muy interesante si sabes utilizarla, ya que podrás jugar con los detalles y las insinuaciones para estimular la curiosidad del lector. No obstante, ¡evítalo en las primeras páginas! Como ya he comentado, es cuestión de no sobrecargar al lector.  Piensa que tendrás muchas más ocasiones para contar el pasado de tu protagonista o de su contexto, así que retén las ansias por soltarlo todo nada más comenzar ;)


¡Y hasta aquí el post de hoy! ¿Os ha servido? ¿Caíais en alguno de los errores? Si os ha interesado, aquí podéis leer cómo SÍ empezar una novela. La semana que viene intentaré volver con la segunda parte, aunque la verdad es que no os puedo garantizar post el domingo que viene (sí, odiad a mi máster tanto como lo hago yo en estos momentos... ;D). Eso sí, ¡yo lo intentaré! Si no, dentro de dos semanas habré acabado y seré toda vuestra. Respecto a esto os quería preguntar ¿os gustaría que publicase dos posts por semana en verano? ¿Qué días os apetecería que subiera los posts? ¡Decidme y así me organizo!

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Después de unas semanas ausente (máster...), vuelvo con un post de lo más romántico: cómo escribir y desarrollar una trama de amor en una novela. No es ningún secreto que soy una adicta a todo libro que incluya una buena historia de amor entre sus personajes; no obstante, ¿qué elementos debe tener esa trama para que resulte realista y conecte con nuestros lectores? 


Piensa en qué momento de la historia los dos personajes se conocerán. Esta elección dependerá del tipo de novela que estés escribiendo, de si narras desde una única perspectiva o desde varias o de si prefieres centrarte en otros aspectos de la novela antes de iniciar la trama amorosa. No hay ningún criterio al respecto, así que eres totalmente libre de decidir cuándo sucederá. No obstante, como tip básico, te sugiero que no lo sitúes en las primeras páginas de la novela: mantén el suspense y aprovecha para dar a conocer a tu protagonista.


Uno de los fallos más frecuentes y que menos me gustan, es la precipitación de muchos autores por hacer que la relación amorosa cuaje. Si realmente quieres que tus lectores empaticen con esa trama de amor, procura dar tiempo al tiempo; es decir, si se acaban de conocer, es imposible que se hablen como si se conociesen de toda la vida, al igual que es imposible que se besen o se abracen. Para que nos entendamos, ¿tú cuando conoces a alguien que te gusta te pones a besarlo sin más? Generalmente no. Primero intentarás conocer a la persona, conectar con ella, compartir momentos juntos... Darle base a esa relación.


Es habitual que cuando nuestros protagonistas se conozcan hagan alusiones a lo atractivo que le resulta el otro. Es normal: todos solemos fijarnos en el físico la primera vez que conocemos a otra persona. Sin embargo, ¡no te quedes a ese nivel! Está bien que dejes patente que se gustan, que se parecen guapos o que tienen un aire especial para el otro, pero no centres la relación en esa mera atracción. Recuerda que estamos aprendiendo a desarrollar una trama de amor real en un libro; por lo tanto, buscamos crear sentimientos que logren transpasar las hojas de nuestra historia y que consigan emocionar a nuestros lectores, no un calentón.



En relación con lo anterior, es importante que los personajes tengan tiempo para conocerse y descubrir en qué piensan igual y en qué no. Este acercamiento-alejamiento concederá a la relación realismo, ya que ninguna pareja coincide en absolutamente todo. Intenta elaborar una lista o un pequeño párrafo en el que relaciones comportamientos y actitudes que casan entre ellos y otros antepuestos en los que se provocará conflicto.


Por último, construye momentos únicos entre ellos dos en los que dejen fluir sus pensamientos más profundos. Pueden ser instantes en los que confiesen sus miedos, sus preocupaciones o tal vez un momento oscuro de su pasado. También puedes inclinarte hacia una anécdota o sentimiento feliz que jamás se habían atrevido a contar a nadie. En este punto, tú decides. Ten en cuenta que puede ser un momento perfecto en la novela para dar a conocer un poco más a tus protagonistas, así que aprovéchalo :P

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¡Hola de nuevo, mis escritores! Después de no vernos durante dos semanas, tenía muchísimas ganas de compartir con vosotros unos tips muy chulos para ayudaros a escribir vuestro libro en el menor tiempo posible. Escribir rápido no tiene por qué ser bueno, pero sí es cierto que a veces una novela se nos puede enquistar y podemos demorarla meses e incluso años de más, perdiendo la motivación y el argumento central por el camino. Si a ti también te cuesta o estás pasando por ese momento, ¡no te preocupes! Solo sigue leyendo ;)

El primer beso entre los protagonistas es un momento clave en toda novela, ya sea de género romántico o no, ya que supone un punto y aparte en la trama de estos personajes. La escena del primer beso es una parte que nos encanta tanto leer como escribir, pero que es importante que la trabajemos bien para lograr que transmita a nuestros lectores todo lo que pretendemos. Así que, si quieres aprender a describir este momento tan único en las historias para emocionar a tus lectores, sigue leyendo ;)

Elegir el nombre de nuestros personajes puede ser muy complicado, así que lo primero de todo es que dejes ir la mente. Como ya hemos comentado con anterioridad en varias entradas, es muy importante que a la hora de escribir estemos relajados. Utiliza tu intuición para aceptar o descartar los nombres que se te vayan ocurriendo, porque a veces es una simple cuestión de escuchar a nuestro yo interior. No obstante, si no se te ocurre nada ¡no desesperes! Vamos a ver unos truquitos sencillos para activar nuestra inspiración y que logres dar con el nombre perfecto.


Un básico a la hora de elegir los nombres para nuestros personajes es que tengamos en cuenta la época y el país en el que viven. No tendrá nada que ver que nuestro personaje viva en la actualidad que en una época futurista o en la Edad Media, así que antes de nada, párate a reflexionar sobre estos aspectos.


¡No tengas miedo de probar! Desde utilizar un nombre como un apellido (Michael John, Clara Rosa...), hasta combinar tu propio nombre con los nombres de tus amigos (Alicia y Sandra = Alisan; Alicia y Marta = Marticia...), pasando por mezclar nombres y apellidos de diferentes orígenes (Laura Wood, Raúl Thompson...), ¡todo es cuestión de experimentar y probar hasta dar con la tonalidad que buscas! Por supuesto, atrévete con las variaciones ortográficas (Alicia = Alycia; Carlota = Karlotta...), juega dándole la vuelta a un nombre común (Carlos = Solrac; Sonia = Ainos...) e incluso cámbiale el género (Alex = mujer; Ariel = hombre).



Recurre a listas de nombres para bebés, a los nombres de tus personajes favoritos (libros, series, películas...) o a la mitología, ¡eso sí! Intenta alejarte de la griega, la nórdica y la romana porque son bastante conocidas. También puedes optar por inspirarte con el nombre de las calles, ciudades o los créditos de una película.


Por último, juega a crear anagramas con las características más potentes de tus personajes. Por ejemplo, si uno de nuestros personajes es arrogante, divertido y tímido (qué combinación más rara... jaja), podríamos crear Dat o Tad, ¡cuestión de entretenerse un rato!


Y esto ha sido todo por hoy. ¡Espero que os haya servido! ¿Me contáis qué hacéis vosotros para elegir los nombres de vuestros personajes? ¿Os cuesta mucho decantaros por uno o se os ocurren con facilidad? Si os ha gustado, ayudadme a llegar a más gente compartiendo la entrada y os querré un montón :D.

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Ha llegado el momento: estamos frente a la hoja en blanco, apunto de EMPEZAR nuestra GRAN novela, cuando nos viene a la cabeza que deberíamos ponerle un título. Algo original que transmita la esencia de la historia; un nombre que suene tan perfecto y especial como queremos. Pero las palabras no fluyen; peor aún, ¡no se nos ocurre nada DECENTE! Pasan los minutos y nada cambia...
Sabes que te ha pasado, ¡así que sigue leyendo, porque nunca más te volverá a ocurrir!


Antes de ponernos a pensar en posibles títulos para nuestra novela, tenemos que tener en cuenta tres aspectos muy importantes: el género, la ambientación y el público a la que va dirigida nuestra historia.

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Para empezar, el género de nuestra historia dará pie a una serie de títulos. Como es obvio, no es lo mismo una novela de ciencia ficción que una de terror, al igual que tampoco lo es una de fantasía y una de romántica. Sé consciente que cada género tenderá a un determinado estilo de título.

TERROR

CIENCIA FICCIÓN

FANTASÍA

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Una vez tengamos claro este aspecto, debemos reparar en la ambientación. Esto viene a decir más o menos lo mismo que en el punto anterior. En este caso, tendremos que tener presente el contexto histórico de nuestra novela -si se desarrolla en la Edad Media, en el futuro o en un tiempo imaginario- para elegir un título acorde.

FUTURO

PASADO

PRESENTE

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Por último, no te olvides de a qué público va dirigida tu novela. No es lo mismo un título para una historia dedicada a niños de entre ocho y diez años, en la que tendríamos que decantarnos por un nombre más previsible, que una para mayores de dieciséis, en la que podríamos jugar con palabras más ocultas o de doble significado.

JUVENIL

INFANTIL

INFANTIL

Elegir un título que nos guste y nos resulte adecuado para nuestra historia es una tarea complicada, así que lo principal es no agobiarse. Si no logras encontrar un nombre antes de comenzar con la historia, no pasa absolutamente nada. Lo mejor es que empieces a escribir, ya que es muy probable que la inspiración te venga mientras estás trabajando: una frase, un objeto, un lugar, una criatura de tu novela pueden ser la clave para encontrar ese gran título.

No obstante, puedes recurrir también a las listas de títulos. Escribe en un papel todos los posibles nombres que te vengan a la cabeza y déjalos reposar durante un tiempo. A los dos días, revisa la lista y tacha aquellos que no te convezcan, y así progresivamente. De esta manera, acabarás seleccionando los que más te gusten y desechando los menos apropiados.

Si nada de esto funciona y sigues sin tener un título para tu novela: ¡no te preocupes! Busca la opinión de tu familia, amigos o incluso de la propia editorial si es que tienes la suerte de que vayas a ser publicado. Ellos te asesorarán y te darán nuevas ideas que quizás pasaste por alto.


Antes de decantarte definitivamente por un título, revisa su sonoridad; es decir, que suene bien, y evita palabras largas y complicadas. Párate un segundo a pensar y piensa si el título transmite la esencia de tu historia; piensa que a través de él tienes que definir de qué va.

Por último, intenta ser original. Busca en Internet si existe algún otro libro con ese nombre, canción o película. Es normal que sí, pero aún así intenta diferenciarte en algo; por ejemplo, añadiendo un subtítulo. Esto evitará posibles confusiones.

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Ahora que el año acaba de empezar, es el mejor momento para plantearnos nuevos objetivos. Si entre tu lista de metas para el 2016 está escribir un libro o terminar la novela que tienes abandonada, ¿qué mejor forma que hacerlo con la técnica del copo de nieve de Randy Ingermanson? Un método que te permitirá construir una base consistente para tu historia, prevenir incoherencias en tu argumento y desbloquearte en los momentos más complicados. ¿Quieres saber más? ¡Pues sigue leyendo!


La técnica del copo de nieve o Snowflakes es un método de escritura elaborado por el físico y escritor de ficción Randy Ingermanson. Esta técnica está diseñada para afrontar el bloqueo creativo o para empezar una novela desde cero. Recibe su nombre de la estrecha de Koch, una denominación de origen matemático.
La técnica de Snowflake propone un proceso de escritura alejado del tradicional; en este caso, estimulando un proceso iterativo de escritura no-lineal. Su base se fundamenta en partir desde lo más sencillo y simple hasta lo más complejo y estructurado.


Antes de empezar con todo el proceso, es imprescindible que te pongas una meta; es decir, ¿qué quieres conseguir con la técnica? ¿Escribir un capítulo? ¿Escribir el libro entero? Esto te orientará durante el desarrollo y además te ayudará a detectar cuándo has terminado.

Esta idea configurará el triángulo inicial del copo de nieve, del cual después partirán los demás hasta llegar a formar triángulos diminutos. En este caso, intenta resumir en una sola oración de qué va tu novela.

En este paso, expláyate un poco más en la idea. Para ello, haz un resumen o sinopsis de no más de diez oraciones -y si pueden ser menos, ¡mejor- teniendo en cuenta el paso 2. Toma este resumen como un plano general de la novela, en el cual todavía es imposible discernir los detalles, pero sí la su estructura -personajes, contexto...-.

Una vez tengas este pequeño resumen, toma cada una de las oraciones y profundiza en ellas. Este paso es la esencia de esta técnica: partiendo de algo básico, sigue creando y profundizando. Lo normal en este proceso es que te surjan preguntas e incógnitas, así que no te asustes si tienes que reconstruir alguna de las ideas que tenías en mente antes.
Poco a poco irás construyendo una base sólida y pulida de tu historia que aparecerá en tu mente con mucha claridad. Una vez llegue ese momento, solo tendrás que distribuir las ideas en los diferentes capítulos y... ¡ponerte a escribir! ;D


Esta claro que es una técnica que todos los escritores deberíamos tener en cuenta, ya que puede ayudarnos en un momento concreto de bloqueo creativo. No obstante, ¿qué ventajas y desventajas nos puede aportar?
Empezando por las ventajas -¡hombre, cómo no! ;P- esta técnica nos permite detectar con antelación incoherencias y vacíos sin sentido en nuestro argumento. Además, es un método flexible, ya que nos permite revisar y reescribir las ideas tantas veces como necesitemos. Y por si eso no fuera suficiente, ¡nos hace pensar y reflexionar acerca de nuestra historia!
Sin embargo, como punto negativo puede que nos impida profundizar en los personajes, ¡así que si estás pensando en usarla acuérdate de trabajarlos por separado!

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